Las principales ventajas del protector facial son que es: liviano, flexible, desarmable (para su lavado y desinfección) y reutilizable, «la idea es que no sea desechable y que pueda durar la mayor cantidad de tiempo», señala uno de sus creadores.
Para su fabricación se utiliza tecnología CNC de punta y materiales desinfectables de larga duración. Hoy tienen la capacidad de producir 100 unidades diarias, con la posibilidad de aumentar ésta.
La principal motivación es la protección de la comunidad, es por ello que están trabajando para que el precio sea lo más accesible posible.
El protector cumple con el Protocolo de uso de equipos de protección personal en la prevención de transmisión de Covid-19 de la Sub-secretaría de redes asistenciales, del Ministerio de Salud, Chile.
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