En Tomé fue rescatada una tortuga marina, denominada tortuga verde (Quelonia mydas), la cual fue avistada flotando a la deriva frente a la playa de Dichato, en la Bahía de Coliumo.

Pescadores de la caleta encontraron a la tortuga marina en malas condiciones y rápidamente contactaron a Sernapesca para coordinar el traslado de este ejemplar protegido y en riesgo de extinción.

Inicialmente la tortuga fue trasladada al Centro de Rescate Ñacurutú en Coliumo, que es el único centro de rescate que está funcionando en la región del Biobío, desde que llegó la pandemia por Covid-19 a nuestro país.

“Allí fue recibida y atendida por el Dr. Cristian Herrera, quien le brindó la primera atención médica. La tortuga, mide 53 cm y pesa 20 Kg. Presentaba heridas sangrantes en aletas anteriores y tenía zonas reblandecidas en el caparazón, que pueden asociarse a un proceso de muda” contó Astrid Guerra, encargada de la unidad de Gestión Ambiental de Sernapesca Biobío.

Debido a que este Centro no cuenta con habilitaciones y especialización adecuada para la atención de estos Quelonios (reptiles de cuatro extremidades), se tomó la decisión de trasladarla lo más pronto posible al Parque Safari ubicado en Rancagua, tomando todas las medidas de bioseguridad correspondientes, dada la actual situación contingente. “Se fue de Concepción a Rancagua ayer y fue transportada por tierra, en buenas condiciones y atenta al medio. Se espera que pueda recuperarse allí, considerando que tienen las instalaciones y personal médico con experiencia en la atención de esta especie, pero obviamente depende de su condición física y si no presenta otras condiciones médicas más complejas” agregó Guerra.

Además de esta tortuga marina, Sernapesca ha rescatado pingüinos que han varado en costas de la zona. El último fue un ejemplar de Humboldt que apareció lesionado en Coronel. Desde el organismo fiscalizador, recordaron a la ciudadanía que ante avistamientos se debe avisar a la línea 800 320 032. Agradecieron además el tremendo aporte del médico veterinario Cristian Herrera y su equipo del centro Ñacurutú de Coliumo,
quienes desarrollan una abnegada labor y mantienen este centro, el único con atención a fauna silvestre en estos días, exclusivamente con aportes voluntarios de particulares.